Abstract
El nuevo Código Forestal de Brasil, una ley nacional que protege a todos los tipos de vegetación, debería contribuir de alguna manera al logro de los objetivos de la Convención sobre la diversidad biológica y de la Convención sobre el cambio climático. En la actualidad, la rápida expansión de la frontera agrícola sobre las florestas y los bosques, principalmente en el Amazonas y el Cerrado, apunta hacia el incremento del cultivo de la soja y la caña de azúcar. Estas culturas incrementan el desarrollo económico de Brasil y la segunda, por medio del etanol, es considerada fuente de energía renovable. Existe una continua presión de la agro-industria para obtener más espacio para la producción sin considerar los impactos severos sobre el medio ambiente. Como consecuencia de ello, el antiguo Código Forestal brasileño ha sido revisado, para reducir al mínimo las obligaciones relativas a la protección de las florestas y de la vegetación protegida, en general. Los cambios propuestos podrán poner en riesgo el cumplimiento de las obligaciones asumidas por Brasil en el ámbito de la CDB y de la CCC, ya que la deforestación destruye la biodiversidad y genera gases de efecto invernadero.